¿Cuál es el rumor?
Parece que la luna de miel de Wall Street con la Inteligencia Artificial está pasando por una terapia de pareja complicada. Durante años, los precios de las acciones han estado en “modo cohete”, impulsados por la promesa de que la IA nos haría a todos asquerosamente ricos. Pero ahora, el ambiente ha cambiado de “fiesta desenfrenada” a “fatalismo existencial”.
¿Por qué la cara larga?
Todo empezó con Nvidia. El 19 de noviembre, Jensen Huang (el jefe de Nvidia y la persona favorita de tu portafolio) anunció que las ventas de sus chips más avanzados están “fuera de serie”.
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Los números: Ingresaron $57 mil millones en solo tres meses, con un margen de beneficio de más del 70%. Esos son números que harían llorar de alegría a cualquier contador.
El giro inesperado: En lugar de celebrar con confeti, el mercado hizo un facepalm. Al día siguiente, las acciones de Nvidia cayeron un 3% y ahora están un 13% por debajo de su pico de octubre.
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La traducción: Cuando las noticias son perfectas y las acciones bajan de todos modos, es una señal de que las expectativas estaban demasiado altas. Es como sacar un 10 en el examen y que tus papás te regañen porque la letra estaba fea.
Las “Red Flags” del Mercado
No es solo Nvidia. Los inversionistas profesionales están viendo señales de advertencia (o red flags) que sugieren que este mercado alcista (bull market) se está quedando sin gasolina. Aquí te explicamos las tres señales que tienen a todos comiéndose las uñas:
1. El “medidor de miedo” se volvió loco El VIX es un índice conocido como el “medidor de miedo” de Wall Street. Básicamente, mide qué tanto esperan los traders que se mueva el mercado.
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Lo normal: Suele variar uno o dos puntos.
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Lo que pasó: El 20 de noviembre, osciló de 19 a 28 en menos de tres horas. Eso es el equivalente financiero a tener un ataque de ansiedad a media junta. Significa que nadie sabe cómo interpretar las nuevas noticias, ni siquiera las buenas.
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2. Los refugios ya no son seguros Normalmente, cuando las acciones se ponen volátiles, la gente corre a comprar oro o dólares para protegerse.
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La realidad: El oro alcanzó su precio máximo en octubre y desde entonces ha caído un 7%. Si el activo “seguro” también está perdiendo valor (y quizás está en su propia burbuja), la próxima caída del mercado va a doler el doble porque no habrá dónde esconderse.
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3. Japón nos está dando flashbacks Japón suele ser un mercado estable, pero últimamente se está comportando como un mercado emergente caótico. Su moneda bajó, las acciones cayeron y los costos de endeudamiento (bonos) subieron a niveles no vistos desde 2008. Si este contagio se extiende, el pánico podría volverse global.
Entonces, ¿Vendo todo y me voy a vivir al monte?
No tan rápido. Aquí es donde la historia nos da una lección importante (y un poco de esperanza).
El Déjà Vu del Dotcom Muchos comparan este momento con la burbuja de las puntocom de finales de los 90.
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Entre 1995 y el pico del 2000, el índice NASDAQ (tecnología) tuvo 12 caídas diferentes de más del 10%. Se sentía como el fin del mundo cada vez.
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Pero... Si hubieras tenido nervios de acero y no hubieras vendido nada durante ese periodo, habrías ganado casi un 1,100%.
En resumen Los inversionistas están fatalistas porque saben que los precios tienen que bajar eventualmente. Pero también saben que salirse ahora podría ser un error histórico. Estamos en un juego de “quién parpadea primero”: el mercado está caro, el miedo es real, pero nadie quiere ser el tonto que se bajó del tren justo antes de que volviera a acelerar.
Tu tarea: Mantente alerta, no entres en pánico por cada titular rojo, y recuerda que la volatilidad es el precio de entrada para los rendimientos a largo plazo.