Tribal: Cómo los instintos culturales que nos dividen pueden ayudarnos a unirnos

Escrito el 24/10/2025
9 minutos


Por Michael Morris.

La Idea Central

Nuestros instintos culturales profundamente arraigados, que nos llevan a formar "tribus" o grupos cohesionados, son una faceta fundamental de la experiencia humana. Si bien estos instintos tribales a menudo se manifiestan como fuentes de división, conflicto y polarización en nuestras sociedades complejas y diversas, también albergan un potencial inmenso y frecuentemente subestimado para fomentar la unidad, la colaboración y un cambio positivo. Al comprender los mecanismos psicológicos y evolutivos detrás de nuestras tendencias tribales, y al abordar conscientemente cómo se expresan, podemos aprender a canalizar estas poderosas fuerzas, pasando de la exclusión y la hostilidad hacia la construcción de puentes, la empatía y la consecución de objetivos comunes que beneficien a un colectivo más amplio. El libro de Michael Morris explora esta dualidad, ofreciendo una hoja de ruta para transformar lo que nos divide en un catalizador para la unión.


Resumen Extendido

1. El Legado Evolutivo: Por qué somos seres tribales

En el núcleo de la condición humana yace una predisposición evolutiva hacia el tribalismo. Durante la vasta extensión de la historia humana, la supervivencia dependía intrínsecamente de la pertenencia a un grupo cohesionado. Estas primeras tribus ofrecían protección contra depredadores, asistencia en la caza y la recolección, y un sistema de apoyo social crucial para la crianza de los hijos y el cuidado de los vulnerables. Los individuos que demostraban lealtad, cooperación y conformidad con las normas de su tribu tenían más probabilidades de sobrevivir, prosperar y transmitir sus genes. Este imperativo evolutivo ha grabado en nuestro cerebro una serie de instintos culturales: una necesidad innata de pertenecer, una tendencia a favorecer a los miembros de nuestro propio grupo (endogrupo) y una cautela, a veces hostilidad, hacia los extraños (exogrupo).

Morris argumenta que estos instintos no son reliquias primitivas, sino que continúan operando poderosamente en el mundo moderno, aunque los "peligros" y las "recompensas" hayan cambiado. La sensación de seguridad y validación que obtenemos al pertenecer a un grupo con ideas afines, ya sea un equipo deportivo, una afiliación política, una comunidad profesional o incluso un fandom en línea, sigue siendo profundamente gratificante. Esta base evolutiva explica por qué la identidad grupal es tan central para nuestro autoconcepto y por qué las amenazas a nuestra tribu, reales o percibidas, pueden provocar reacciones emocionales tan intensas. Reconocer este legado no es excusar sus manifestaciones negativas, sino entender la profundidad y la persistencia de estas tendencias para poder abordarlas de manera más efectiva.

2. La Naturaleza Multifacética de las Tribus Modernas

Si bien el concepto de "tribu" puede evocar imágenes de sociedades ancestrales, Morris enfatiza que las tribus en el siglo XXI son increíblemente diversas y multifacéticas. Ya no se definen únicamente por el parentesco o la geografía. En nuestras vidas contemporáneas, pertenecemos a una multitud de tribus, a menudo superpuestas y a veces en conflicto. Estas pueden incluir:

  • Tribus de Identidad: Basadas en características compartidas como etnia, nacionalidad, género, orientación sexual o religión. Estas suelen ser fuentes profundas de significado personal y conexión comunitaria.

  • Tribus Ideológicas: Formadas alrededor de creencias políticas, filosofías sociales o sistemas de valores compartidos. Estas tribus pueden ser particularmente propensas a la polarización, ya que a menudo definen su identidad en oposición directa a otras.

  • Tribus Profesionales y Organizacionales: Las personas desarrollan fuertes identidades grupales dentro de sus lugares de trabajo, profesiones o industrias. La cultura corporativa, la jerga específica y los objetivos compartidos fomentan un sentido de "nosotros".

  • Tribus de Interés y Afición: Desde clubes de lectura y equipos deportivos hasta comunidades de videojuegos y grupos de entusiastas de pasatiempos específicos, estos grupos ofrecen un sentido de pertenencia basado en pasiones compartidas.

  • Tribus Digitales: Las redes sociales y las plataformas en línea han facilitado la formación de nuevas tribus que trascienden las fronteras geográficas, conectando a personas con intereses de nicho o identidades marginadas, pero también creando cámaras de eco y fomentando la polarización.

Comprender que navegamos constantemente por estas diversas lealtades tribales es crucial. Un individuo puede ser parte de una tribu nacional, una tribu profesional y una tribu basada en una afición, cada una con sus propias normas, valores y dinámicas de grupo. La forma en que estas identidades interactúan y, a veces, chocan, define gran parte de nuestra experiencia social y los desafíos de la cohesión en la sociedad moderna.

3. "Nosotros vs. Ellos": La Psicología de la División

Uno de los aspectos más problemáticos del instinto tribal es la facilidad con la que se activa la mentalidad de "nosotros contra ellos". La teoría de la identidad social, fundamental en la psicología social, postula que las personas derivan una parte significativa de su autoestima y autoconcepto de su pertenencia a grupos. Para realzar esta identidad grupal, tendemos a:

  • Categorizar: Dividimos el mundo social en categorías (por ejemplo, "mi equipo" y "el otro equipo").

  • Identificar: Nos asociamos fuertemente con nuestro endogrupo.

  • Comparar: Evaluamos a nuestro endogrupo favorablemente en comparación con los exogrupos.

Este proceso puede llevar al favoritismo endogrupal (tratar preferencialmente a los miembros del propio grupo) y, de manera más perjudicial, al prejuicio exogrupal (mantener actitudes negativas o estereotipos sobre aquellos fuera del grupo). Morris detalla cómo ciertos factores pueden exacerbar esta dinámica:

  • Amenaza Percibida: Cuando un grupo siente que sus recursos, valores o existencia están amenazados por un exogrupo, la cohesión interna aumenta, pero también lo hace la hostilidad hacia el exterior.

  • Competición por Recursos: La lucha por recursos limitados (sean económicos, políticos o sociales) intensifica las divisiones tribales.

  • Ignorancia y Falta de Contacto: La ausencia de interacción significativa con miembros de exogrupos permite que los estereotipos negativos florezcan sin ser cuestionados.

  • Liderazgo Divisivo: Los líderes que explotan las diferencias y fomentan el miedo al "otro" pueden solidificar las divisiones tribales para su propio beneficio.

El libro subraya que esta tendencia a la división no es necesariamente maliciosa en su origen, sino una consecuencia de cómo nuestros cerebros están programados para dar sentido al mundo social y proteger nuestras identidades. Sin embargo, en un mundo interconectado, las consecuencias de esta mentalidad pueden ser devastadoras, alimentando desde la discriminación sutil hasta el conflicto abierto.

4. El Poder Unificador de los Símbolos, Rituales y Narrativas Compartidas

Las tribus, tanto antiguas como modernas, se definen y fortalecen a través de un rico tapiz de símbolos, rituales y narrativas compartidas. Estos elementos sirven como el pegamento cultural que une a los miembros, creando un sentido de identidad colectiva y propósito común.

  • Símbolos: Banderas, logotipos, vestimenta específica, jerga o incluso gestos pueden actuar como poderosos marcadores de pertenencia tribal. Evocan instantáneamente lealtad y reconocimiento entre los miembros del grupo y distinguen al grupo de los extraños. Pensemos en el fervor que puede inspirar la bandera de una nación o los colores de un equipo deportivo.

  • Rituales: Prácticas repetidas y ceremonias, desde reuniones semanales en una empresa hasta celebraciones festivas nacionales o cánticos en un estadio, refuerzan la cohesión del grupo. Los rituales crean experiencias compartidas, sincronizan emociones y reafirman los valores y normas del grupo. La participación en rituales puede generar un profundo sentido de conexión y trascendencia.

  • Narrativas Compartidas: Las historias que un grupo cuenta sobre sí mismo –sus orígenes, sus héroes, sus luchas, sus triunfos y sus valores fundamentales– son cruciales para forjar una identidad colectiva. Estas narrativas (mitos fundacionales, historias de éxito corporativo, relatos de resiliencia comunitaria) proporcionan un marco de significado, explican quién es el grupo y qué representa, y transmiten sus normas a las nuevas generaciones.

Morris sugiere que, si bien estos elementos pueden ser utilizados para reforzar la exclusividad tribal, también pueden ser diseñados y empleados para construir tribus más amplias e inclusivas. Por ejemplo, una nación puede enfatizar narrativas que celebren su diversidad como una fortaleza, o una organización puede crear rituales que fomenten la colaboración entre diferentes departamentos.

5. Superando la Brecha: Estrategias para la Conexión Intertribal

Reconociendo la inevitabilidad de los instintos tribales y sus posibles peligros, Morris dedica una parte significativa del libro a explorar estrategias para mitigar la división y fomentar la cooperación entre diferentes tribus. Estas estrategias se basan en principios psicológicos bien establecidos:

  • Metas Supraordenadas: Inspirado en el clásico experimento de la "Cueva de los Ladrones" de Muzafer Sherif, el concepto de metas supraordenadas es fundamental. Cuando grupos previamente hostiles se enfrentan a un problema común que solo pueden resolver trabajando juntos, las barreras intergrupales tienden a disminuir. En el mundo real, esto podría implicar la colaboración entre diferentes departamentos en un proyecto crítico, la unión de comunidades diversas para abordar un desafío cívico o la cooperación internacional frente a crisis globales como el cambio climático.

  • Contacto Intergrupal Positivo: La hipótesis del contacto sugiere que, bajo condiciones adecuadas (estatus igualitario, objetivos comunes, apoyo institucional y oportunidad de conocerse como individuos), la interacción entre miembros de diferentes grupos puede reducir el prejuicio. Fomentar la diversidad en los lugares de trabajo, las escuelas y los barrios, y crear oportunidades para una interacción genuina, puede ayudar a romper estereotipos y construir empatía.

  • Recategorización y Descategorización: Estas estrategias buscan alterar las fronteras cognitivas entre "nosotros" y "ellos".

    • La recategorización implica encontrar o crear una identidad de grupo más amplia y inclusiva que englobe a las tribus previamente separadas (por ejemplo, pasar de "Departamento A vs. Departamento B" a "Somos todos parte de la Compañía X").

    • La descategorización se enfoca en personalizar las interacciones, animando a las personas a ver a los miembros de otros grupos como individuos únicos en lugar de meros representantes de su tribu.

  • Fomentar la Empatía y la Toma de Perspectiva: Las intervenciones que animan a las personas a ponerse en el lugar de alguien de otro grupo, a imaginar sus experiencias y sentimientos, pueden reducir significativamente el sesgo y aumentar la disposición a ayudar y cooperar. Contar historias, el periodismo inmersivo y los programas de intercambio cultural pueden ser herramientas poderosas para este fin.

6. Liderazgo Consciente: Guiando a las Tribus hacia Fines Constructivos

Los líderes juegan un papel desproporcionadamente importante en la activación y dirección de los instintos tribales. Pueden optar por exacerbar las divisiones para consolidar su poder dentro de su propia tribu, o pueden esforzarse por construir puentes y fomentar una identidad colectiva más amplia. Morris aboga por un liderazgo consciente que:

  • Reconozca y Valide las Identidades Tribales: En lugar de intentar suprimir las lealtades grupales existentes (lo que a menudo resulta contraproducente), los líderes efectivos reconocen su importancia para las personas. Celebran la diversidad de las subtribus dentro de una organización o sociedad más grande.

  • Cree una Identidad "Meta-Tribal" Inclusiva: Un líder visionario trabaja para forjar una identidad de nivel superior que una a diversas tribus bajo un paraguas común de valores y objetivos compartidos. Esto no borra las identidades más pequeñas, sino que las integra en un todo mayor y más significativo. Por ejemplo, un CEO podría hablar de la "tribu de innovadores" de la empresa, que incluye a personas de marketing, ingeniería y diseño.

  • Modele el Comportamiento Inclusivo: Los líderes deben ser ejemplos de respeto, curiosidad y apertura hacia diferentes grupos. Sus acciones, más que sus palabras, envían señales poderosas sobre qué comportamientos son valorados.

  • Fomente la Comunicación y el Diálogo: Crear espacios seguros para el diálogo honesto entre diferentes tribus puede ayudar a abordar malentendidos, resolver conflictos y construir confianza.

  • Enfatice la Interdependencia: Los líderes deben recordar constantemente a los miembros de diferentes tribus cómo sus destinos están entrelazados y cómo la cooperación beneficia a todos.

Este tipo de liderazgo no es fácil; requiere inteligencia emocional, valentía y un compromiso genuino con la inclusión. Sin embargo, es esencial para transformar la energía tribal de una fuerza divisiva a una constructiva.

7. Las Tribus en la Era Digital: Nuevos Desafíos y Oportunidades

La llegada de internet y las redes sociales ha añadido una nueva capa de complejidad al panorama tribal. Por un lado, las plataformas digitales han permitido que individuos con intereses de nicho o identidades marginadas encuentren y formen comunidades de apoyo que trascienden las barreras geográficas. Esto puede ser increíblemente empoderador.

Por otro lado, el entorno digital también presenta riesgos significativos para la cohesión social:

  • Cámaras de Eco y Burbujas de Filtro: Los algoritmos a menudo nos alimentan con contenido que refuerza nuestras creencias existentes, aislándonos de perspectivas diversas y solidificando nuestras identidades tribales en oposición a otras.

  • Anonimato y Desinhibición: El anonimato relativo en línea puede reducir las inhibiciones sociales, llevando a un comportamiento más agresivo y polarizador del que se exhibiría en interacciones cara a cara.

  • Propagación Rápida de Desinformación: Las narrativas falsas o engañosas pueden difundirse rápidamente dentro de las tribus en línea, afianzando los prejuicios y la desconfianza hacia los exogrupos.

  • Ciberacoso y "Guerras Tribales" en Línea: Las plataformas pueden convertirse en campos de batalla para conflictos intergrupales, a menudo caracterizados por una retórica virulenta.

Morris sugiere que necesitamos desarrollar una mayor "alfabetización tribal digital", aprendiendo a navegar críticamente estos espacios, a buscar activamente perspectivas diversas y a fomentar normas de interacción en línea más constructivas. Las mismas herramientas que pueden dividirnos también tienen el potencial de conectar y educar si se utilizan de manera intencional.

Conclusión: Hacia un Tribalismo Constructivo

"Tribal" de Michael Morris ofrece una perspectiva matizada y, en última instancia, esperanzadora sobre una de las fuerzas más fundamentales de la naturaleza humana. Los instintos que nos llevan a formar grupos y a favorecer a los nuestros no van a desaparecer; son parte de lo que somos. El desafío no es erradicar el tribalismo, sino comprenderlo y redirigirlo.

Al reconocer el poder de los símbolos compartidos, al crear metas que trasciendan las divisiones grupales, al fomentar la empatía y al practicar un liderazgo inclusivo, podemos empezar a aprovechar la inmensa energía del instinto tribal para fines positivos. Podemos construir comunidades más fuertes, organizaciones más colaborativas y sociedades más justas, no a pesar de nuestros instintos tribales, sino aprendiendo a canalizarlos sabiamente. El objetivo final es pasar de un mundo donde nuestras múltiples lealtades tribales nos jalan en direcciones opuestas, a uno donde la rica diversidad de nuestras tribus contribuya a un tapiz humano más resiliente, vibrante y unido. El libro nos invita a ver nuestras divisiones no como un destino inevitable, sino como un punto de partida para construir una forma más inteligente y compasiva de estar juntos.