En el ámbito laboral, a menudo se percibe que las mujeres enfrentan un dilema entre ser asertivas y ser cálidas para ganarse el respeto y el apoyo de sus colegas. La investigadora Alison Fragale, en su libro Likeable Badass: How Women Get the Success They Deserve, desafía esta creencia, señalando que ambos rasgos pueden coexistir y resultar en una ventaja significativa para las mujeres. Según Fragale, el problema no radica en que las mujeres sean penalizadas por ser asertivas, sino en que son castigadas por la falta de calidez.
¿Cómo equilibrar asertividad y calidez?
Fragale destaca que combinar asertividad y calidez no solo es posible, sino necesario para alcanzar el éxito y construir una presencia profesional poderosa. En lugar de tener que elegir entre ser competente o ser agradable, la autora sugiere que es importante mostrarse segura y a la vez empática en las interacciones laborales. Esta mezcla es fundamental en situaciones como las negociaciones salariales o de promociones, en las que proyectar calidez puede aumentar la disposición de los demás a colaborar, mientras que la asertividad garantiza que se escuchen las propias demandas.
Amy Gallo, presentadora del podcast Women at Work, comparte sus experiencias aplicando esta combinación de rasgos, destacando cómo la asertividad combinada con empatía puede tener un efecto positivo en cómo se percibe a las mujeres. Cuando las mujeres muestran que se preocupan por los demás y a la vez tienen una postura firme y segura de sus capacidades, logran que sus colegas reaccionen de forma positiva y que los superiores consideren su voz en las decisiones.
Consejos prácticos para mejorar el impacto personal
Fragale recomienda ejercicios prácticos para fomentar este equilibrio, como el de coleccionar rechazos. Este ejercicio consiste en hacer diez solicitudes valiosas en el trabajo hasta recibir diez "no". Según Fragale, este proceso no solo ayuda a desarrollar la tolerancia al rechazo, sino que también permite a las mujeres entender que sus solicitudes son más aceptadas de lo que piensan. Además, en las ocasiones en que se obtiene un "sí", demuestra que muchas veces las mujeres subestiman su capacidad para influir en los demás.
Otra técnica útil es evitar respuestas automáticas como "estoy ocupada" cuando alguien pregunta cómo se está. En su lugar, Fragale sugiere responder con algo positivo o mencionar algún logro reciente. Este cambio de lenguaje sutil, aunque pequeño, contribuye a proyectar una imagen de competencia y éxito.
La importancia de ser conscientes en cada interacción
Fragale anima a las mujeres a preguntarse constantemente cómo pueden ser asertivas y cálidas a la vez en cada interacción laboral. Esta reflexión permite que tomen decisiones conscientes sobre cómo se presentan y cómo son percibidas, en lugar de reaccionar automáticamente. Además, sugieren a las mujeres analizar cómo personas influyentes en su entorno combinan estos rasgos, como una forma de identificar estrategias que puedan adaptar a su estilo personal.
El enfoque de Fragale destaca la importancia de adoptar una postura balanceada de asertividad y calidez, ayudando a las mujeres a construir una presencia profesional que les permite alcanzar sus metas sin sacrificar sus valores. Al aplicar estas estrategias y mantener una reflexión constante sobre cómo se presenta en cada situación, las mujeres pueden transformar su experiencia en el trabajo y aumentar su influencia y éxito.