Por Rebecca Zucker🖊
Nuestra vida laboral se ha vuelto cada vez más exigente, presentándonos desafíos cada vez más complejos a un ritmo casi implacable. Añade tus necesidades personales o familiares, y es fácil sentirse abrumado constantemente. En el libro, Inmunidad al cambio, los profesores de Harvard Robert Kegan y Lisa Lahey discuten cómo el aumento de la complejidad asociada con la vida moderna ha dejado a muchos de nosotros sintiéndonos “que vamos a explotar”. Cuando este es el caso, la complejidad de nuestro mundo ha superado nuestra “complejidad de la mente” o nuestra capacidad de manejar ese nivel de complejidad y ser eficaz. Esto no tiene nada que ver con lo inteligentes que somos, sino con cómo damos sentido al mundo y cómo operamos en él.