Por Holger Reisinger, Paul Sephton, y Dane Fetterer
Las principales empresas como Google y Apple han comenzado a exigir el regreso de todos los empleados a la oficina durante un número determinado de días a la semana, el debate sobre la flexibilidad y la autonomía sigue desarrollándose. Cada vez más organizaciones están adoptando una postura firme sobre el lugar en el que creen que deberían trabajar sus empleados, centrando una vez más la atención en la cuestión de cuánto deben tener los empleados para determinar su propio acuerdo laboral, si deberían poder decidir dónde y cuándo trabajan, o si la organización debería tomar esa decisión por ellos.