Por Mita Mallick
Mis padres inmigrantes indios me inculcaron una ética de trabajo increíble e intensa. Los vi trabajar largas horas, con un compromiso incansable para lograr sus sueños. Mi padre siempre decía: “Mantén la cabeza baja, trabaja duro y trabaja un poco más, y serás reconocido”.
Y, sin embargo, su consejo de trabajar duro no siempre me ha servido bien en el trabajo.