Por Erika Andersen 🖊
Todos los líderes han tenido la experiencia de presentar un cambio organizativo (un nuevo sistema o proceso, una reestructuración corporativa, un cambio en el modelo de negocio) y conseguir una respuesta menos que positiva de su equipo. A veces la reacción es sutil: ojos bajos, labios apretados, silencio. Con un equipo más confiado o con más voz, podrías recibir preguntas sobre si el cambio es necesario, quejas sobre “otra cosa que hacer” y muchas razones por las que no es un buen momento para un gran cambio.