Por Steven Tomlinson 🖊
Si estamos cansados de los intercambios defensivos y dispuestos a arriesgar una conexión más generosa e íntima con nuestros compañeros de trabajo, vale la pena considerar cambiar la forma en que abordamos las negociaciones en la oficina.
Un enfoque simple comienza centrándose en una palabra: "pero". Es difícil pensar en una palabra que desencadene más reactividad y drene más confianza de la conversación. Fíjate con qué frecuencia la escuchas (y la dices) cuando estás negociando o discutiendo. Observa cómo esta palabra cambia la temperatura y el tono en el momento.
Para evitar el daño que inflige el "pero", ofrezco tres trucos, basados en mi experiencia como entrenador de Wall Street, Fortune 500 y ejecutivos y gerentes de empresas emergentes de alta tecnología que se preparan para conversaciones difíciles. Cada uno de estos movimientos requiere coraje, paciencia y práctica, y el retorno de la inversión es impresionante.