Durante los últimos años, la relación entre el Partido Comunista Chino (PCCh) y el sector privado ha sido turbulenta. Las restricciones impuestas a gigantes tecnológicos como Alibaba y Tencent ahuyentaron inversores y generaron incertidumbre en los emprendedores. Sin embargo, el reciente simposio encabezado por Xi Jinping sugiere un cambio de rumbo: el gobierno quiere que las empresas privadas prosperen nuevamente, aunque bajo ciertas condiciones.
Un Giro Estratégico en la Relación con el Sector Privado
El 17 de febrero, Xi Jinping organizó un encuentro con líderes tecnológicos, incluyendo a Jack Ma, quien estuvo en primera fila, una imagen impensable hace unos años. Este gesto busca restaurar la confianza del sector privado, enviando un mensaje claro: las empresas privadas son fundamentales para el crecimiento de China.
Uno de los mayores ejemplos del impacto del sector privado es DeepSeek, una startup de inteligencia artificial de Zhejiang que ha logrado competir con los mejores modelos globales a una fracción del costo. El éxito de DeepSeek ha impulsado el mercado bursátil chino, elevando en un 23% las acciones de las tecnológicas listadas en Hong Kong.
China atraviesa una prolongada crisis inmobiliaria, bajo consumo y deflación, problemas que afectan su economía. Un repunte en el sector tecnológico podría proporcionar un estímulo necesario, generando optimismo en los mercados.
Un Sector Privado con Límites Claros
Aunque el gobierno de Xi parece estar impulsando el sector privado, lo hace con mayor control que antes. Hace cinco años, las tecnológicas chinas acumulaban datos masivos sobre los ciudadanos, lo que inquietaba al PCCh. Además, algunas empresas buscaban independencia financiera y regulatoria en el extranjero, como Didi, que ignoró advertencias al cotizar en la Bolsa de Nueva York en 2021.
Pero el panorama ha cambiado. China ha reforzado regulaciones para salidas a bolsa en el extranjero, aumentado la influencia del partido en las empresas privadas y endurecido las leyes de datos. Al mismo tiempo, las crecientes restricciones de Estados Unidos han obligado a las tecnológicas chinas a depender más del mercado interno y del apoyo gubernamental.
En este contexto, la reactivación del sector privado no implica más libertad empresarial, sino una mayor alineación con la visión del partido. Xi dejó claro que los empresarios deben “recordar sus raíces” y contribuir a la "modernización al estilo chino". La prioridad no es la rentabilidad para los accionistas, sino el fortalecimiento del país bajo la dirección del PCCh.
Conclusión: Un Respaldo Condicionado
China necesita revitalizar su economía y el sector privado es clave para lograrlo. El gobierno ha suavizado su postura hacia las tecnológicas, pero bajo reglas estrictas. Xi Jinping busca un sector privado dinámico, pero alineado con los intereses del partido.
El mensaje es claro: el PCCh ofrece apoyo, pero no libertad absoluta. Las empresas pueden crecer, siempre y cuando sirvan los objetivos nacionales de China.