Por Ron Ashkenas
Teniendo en cuenta el tiempo y el esfuerzo que lleva desarrollar y ejecutar nuevas estrategias, es mejor no presentarlas con demasiada frecuencia. Pero hay casos en los que los cambios estratégicos a corto plazo son inevitables, especialmente en el cambiante contexto empresarial actual. Tomemos, por ejemplo, la necesidad de responder a los llamamientos de cambio social o a las demandas de los inversores para cambiar los malos resultados financieros.