Por Shawn Pope y Arild Wæraas 🖊️
Durante la década de 1990, surgió una nueva tendencia en el mundo empresarial: las grandes empresas comenzaron a articular públicamente sus convicciones morales mediante lo que se conoció como declaraciones de valores fundamentales. Esta tendencia fue fuertemente inspirada por las empresas japonesas. Compañías como Toyota y Sony se hicieron conocidas por la alta calidad de sus productos manufacturados, atribuida a sus culturas organizacionales de solidaridad. Para replicar este éxito, se aconsejó a las empresas occidentales que instituyeran sus propios valores fundamentales, a menudo en torno a palabras clave como "trabajo en equipo" y "excelencia".