Un cambio profundo está en marcha en el liderazgo global. Las organizaciones se enfrentan a la disrupción tecnológica, el riesgo geopolítico, la urgencia climática y expectativas sociales en rápida evolución. Resulta evidente que los modelos de liderazgo del pasado, construidos sobre la jerarquía, el control y la certeza sobre el futuro, han quedado obsoletos.
Comienza a emerger una nueva generación de líderes, cuyas trayectorias, mentalidades y prácticas reflejan la complejidad de nuestro tiempo. Han crecido profesionalmente en entornos multiculturales e intersectoriales, y sus caminos hacia la cima provienen de una amplia variedad de disciplinas. Han desarrollado la empatía no como un complemento «blando», sino como un activo estratégico. Se sienten cómodos con la ambigüedad y son capaces de alternar entre la entrega de resultados a corto plazo y la creación de valor a largo plazo.
Para entender cómo se manifiesta este nuevo perfil de liderazgo en la práctica, podemos observar cuatro capacidades distintas pero conectadas que emergen en los directores ejecutivos (CEOs) más visionarios de la actualidad. Son las habilidades para navegar la complejidad, mantener una mentalidad empresarial integral, fomentar la excelencia sostenida y construir los líderes del mañana. A continuación, detallo cada rasgo con ejemplos de directivos que encarnan estas fortalezas.