Por Rupert Goose
Y, si lo hace, ¿lo elegirían los republicanos como su candidato?
Son las preguntas que se ciernen sobre América y, por tanto, sobre Occidente. El hombre que trató de anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, amenazó con disolver la alianza militar más poderosa del mundo y jugó con Vladimir Putin, ¿decidirá que quiere volver a presentarse? Si es así, ¿puede ser detenido? Puede parecer prematuro preguntar. Pero la primera primaria de 2024 está más cerca en el tiempo que las últimas elecciones generales, hace 94 semanas. Y, a pesar de su pobre historial en el cargo y su comportamiento desmesurado después de que los votantes estadounidenses lo echaran, el control de Donald Trump sobre el Partido Republicano se ha fortalecido.
La contundente derrota de Liz Cheney en sus primarias de Wyoming esta semana importa, porque le roba al Congreso un conservador valiente y con principios, y porque encaja en un patrón. No todos los candidatos respaldados por Trump han ganado sus primarias. Pero la mayoría de ellos lo han hecho. Quizás una señal mayor de su influencia es que muchos de los candidatos perdedores también buscaron su respaldo. Estos concursos no han sido sobre diferentes sabores de conservadurismo, sino sobre qué contendiente es más MAGA (Make America Great Again). De los diez republicanos de la Cámara que votaron para acusar al presidente por lo que hizo el 6 de enero de 2021, ocho se jubilan o los votantes de las primarias los han retirado. Al mismo tiempo, los nominados del partido para puestos clave en la administración de elecciones de algunos estados son personas que apoyan la peligrosa afirmación de Trump de que el voto en 2020 fue robado.
Las primeras encuestas sobre a quién quieren los votantes republicanos como su campeón en 2024 sugieren que alrededor del 50% de ellos dicen que el Sr. Trump. En un sistema en el que un candidato puede eliminar a la mayoría de los rivales con un sólido 30% de apoyo en los primeros estados, es una posición de partida formidable. Hace unos meses, los votantes republicanos, cansados de Trump, parecían que iban a cambiar al gobernador de Florida, Ron DeSantis, o a cualquier otra persona que ofreciera MAGA sin el drama. Hoy, es más probable que DeSantis concluya que su mejor oportunidad para llegar a la Casa Blanca es como compañero de fórmula de Trump.