Tras tres meses de descensos, la inflación en México aumentó en la primera quincena de febrero, alcanzando un 3,74% a tasa anual, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) publicado por el Inegi. Aunque el alza fue menor a lo esperado por analistas financieros, representa un cambio en la tendencia reciente de estabilidad de precios.
Factores detrás del repunte inflacionario
El índice de inflación subyacente, que mide la evolución de precios sin considerar productos de alta volatilidad, creció 3,63% anual, impulsado por el incremento en mercancías (4,09%) y servicios (5,28%).
Por otro lado, la inflación no subyacente, que incluye precios de bienes regulados por el gobierno, subió 3,98% anual, con aumentos en productos agropecuarios (3,31%) y energéticos (3,89%).
Uno de los factores que más afectó el alza de precios fue la crisis de gripe aviar en Estados Unidos, que encareció el huevo en México con un aumento del 5,28% en la última quincena. También subieron los precios de los plátanos (5,74%). En contraste, productos como jitomate (-18,53%), nopales (-10,66%) y calabacita (-10,27%) registraron bajas en sus costos.
Impacto y perspectivas económicas
Este repunte de la inflación se da en un contexto de menor crecimiento económico, con el PIB aumentando solo un 1,2% en 2024, su peor desempeño desde 2020. Además, el Banco de México ha reducido su pronóstico de crecimiento para 2025 al 0,6%, debido a la incertidumbre generada por los nuevos aranceles de Donald Trump.
El panorama inflacionario sigue siendo incierto, ya que los costos de alimentos y energéticos continúan siendo volátiles. Las decisiones del Banco de México sobre la tasa de interés serán clave para contener la inflación sin afectar el crecimiento económico.