Por Deanna Pai🖊️
Hubo un punto, a mitad de la cuarentena, donde comencé a preguntarme si estaba hecho para esto.
Estoy acostumbrada a pasar tiempo a solas en abundancia: pasé siete años viviendo sola. Y sé de primera mano que la soledad y el estar solo son dos cosas diferentes, y que la presencia o ausencia de otras personas no está necesariamente ligada al estado emocional. Aún así, a medida que el tiempo en el encierro se prolongaba, me preparé para que la ola de soledad me golpeara.