La era de la "Organización Impulsada por Proyectos": 8 palancas para transformar la creación de valor
Por Antonio Nieto-Rodriguez (Adaptación)
Por Antonio Nieto-Rodriguez (Adaptación)
Por Barbara Duffek, Andreas B. Eisingerich y Omar Merlo (Adaptación)
Presentado por STRTGY
Los conflictos en el lugar de trabajo son inevitables, pero no todos son perjudiciales. Existen diferencias entre los conflictos saludables y los no productivos. Mientras que el primero impulsa a un equipo hacia sus objetivos y fortalece relaciones de respeto y confianza, el segundo frena el progreso y genera desconfianza. La clave para cualquier líder es fomentar desacuerdos constructivos y evitar que las tensiones escalen en conflictos dañinos.
En tiempos de cambio, los rituales de equipo pueden ser el punto de inflexión entre un equipo desmotivado y uno comprometido y productivo. Los rituales, entendidos como actividades colectivas con significado compartido, generan conexión, propósito y mejora continua dentro de los equipos.
Cometer un error que dañe la relación con tu jefe puede ser una experiencia desmoralizante. Sin embargo, no todo está perdido. La forma en que respondes a la situación puede redefinir tu carrera profesional. La historia de Alex lo ejemplifica con claridad: tras enviar por error un correo crítico a su jefa, enfrentó las consecuencias del quiebre de confianza y trabajó para repararla con pasos estratégicos y humanos.
Desde que finalizó la pandemia, muchos líderes empresariales han instado a sus empleados a regresar a las oficinas. Pero más allá de las métricas de productividad, el verdadero argumento suele ser la cultura corporativa. Dara Khosrowshahi, CEO de Uber, lo dijo claramente: no se trata solo de productividad, sino de construir la cultura que impulsará la próxima fase de crecimiento. Amazon también ha sido enfático: sus empleados deben volver cinco días a la semana para fomentar la creatividad y la colaboración.
Por Ranjay Gulati (Adaptación)
Por Bill Flynn (Adaptación)
Adaptación basada en The Economist
Por Suraj Srinivasan, Robin Seibert y Mohammed Aaser (Adaptación)
Es tentador pensar que invertir en Inteligencia Artificial Generativa se traducirá automáticamente en un aumento visible en el estado de resultados. Sin embargo, como muestra esta infografía de Brieffy, existe una desconexión crítica entre la “rentabilidad potencial” y la “rentabilidad realizada”.
Por Jenny Fernandez y Kathryn Landis
Por Rainer Strack, Susanne Dyrchs y Allison Bailey (Adaptación)
Por Elizabeth Grace Saunders (Adaptación)
Hace unas semanas, una gerente senior de una empresa tecnológica global rompió a llorar en medio de una reunión. No era incompetencia; era agotamiento. Durante meses había estado reescribiendo hojas de ruta semanalmente debido a las actualizaciones de la IA, mientras enfrentaba rumores de reestructuración y preguntas de su equipo sobre si tendrían trabajo en seis meses. El peso de fingir tener todas las respuestas la quebró.
Presentado por STRTGY
En el mundo corporativo, existe la creencia generalizada de que la buena escritura es un arte innato: se tiene el don o no se tiene. Sin embargo, los avances recientes en neurobiología y psicología están desmantelando este mito. Escribir bien no es solo una cuestión de talento artístico; es una ciencia. Y lo que es más importante, las claves para lograrlo están directamente relacionadas con la química cerebral.
La Historia
La historia en breve
La historia en breve Si has ido a una escuela de negocios o leído libros de gestión, seguro te sabes el mantra de memoria: “El trabajo del CEO es la estrategia, no la operación”. Básicamente, se supone que los jefes deben estar en las nubes pensando en la “visión” y dejar que otros se ocupen de los detalles sucios del día a día. Bueno, resulta que Jeff Bezos y los líderes de Toyota no están de acuerdo.
Por Brieffy AI (Basado en análisis de The Economist)
Por Gemini (Basado en la investigación de Harvard Business School Working Knowledge)
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