El Costo Cognitivo de la Proactividad en el Trabajo
Imagina que eres vendedor y, tras reunirte con posibles clientes, notas que muchos vuelven a contactarte con las mismas preguntas, lo que retrasa la firma de contratos. Decides actuar: compilas una lista de FAQs para enviarla junto al contrato. Sin embargo, en una reunión posterior ese mismo día, te cuesta concentrarte. Tu atención decae, pasas por alto detalles importantes y responder con claridad resulta más difícil. Esto podría ser consecuencia del costo cognitivo de ser proactivo.